Observar y liberar las ataduras de la mente condicionada a través de la Terapia de Yoga y la Meditación. ¨Dame niño hasta los siete años y te mostraré el hombre¨ (Igna- cio de Loyola) El objetivo y el propósito del arte y la ciencia del Yoga y la Terapia de Yoga es ayudar a cada individuo a experimentar por sí mismo su propio ser ilimitado. La base misma de experimentar la felicidad existe ante todo en la aceptación voluntaria de la responsabilidad de la libertad personal. No obstante, la aceptación y utilización de esta libertad a menudo está limitada por nuestro condicionamiento sociocultural. Se plantea la hipótesis de que hasta los siete años actuamos como esponjas al mundo que nos rodea. Absorbemos toda la información que llega con poco o ningún filtro y almacenamos lo que está registrado en nuestro subconsciente e inconsciente un lugar más allá del pensamiento y el lenguaje consciente. Este procesamiento sin filtrar permite que el niño aprenda y se adapte rápidamente a su entorno físico y social. Es a través de este condicionamiento social que un niño aprende las claves sociales necesarias, altamente complicadas y sutiles que le permiten ser aceptado dentro de su tribu y sobrevivir. Como se ilustra anteriormente esta programación de la niñez es profunda e influye en gran medida en nuestra vida adulta. La terapia del yoga y la psicología reconocen que la mayoría de las veces ni siquiera somos conscientes de que esta progra- mación infantil se ejecuta en segundo plano y influye en cada decisión y acción que tomamos. En el lado positivo, gracias a esta programación inconsciente podemos conectarnos con otros seres humanos con una velocidad intuitiva muy rápida porque nuestras interacciones no se ven lastradas por los pro- cesos lentos del pensamiento consciente que nos dice como cómo movernos, cambiar nuestro tono de voz o maniobra entre varios entornos sociales. Todas estas señales de interacciones sociales ocurren automáticamente. Sin embargo, estas mismas señales inconscientes que usamos para mejorar y facilitar nuestras interacciones diarias pueden ser manipuladas para trastornar nuestra soberanía individual y causar gran daño y destrucción. Experimentos en la psique humana: ¿Somos libres? El mundo de la psicología del comportamiento tiene muchos experimentos interesantes y preocupantes que demuestran cuán fácilmente nuestra libertad percibida puede ser secuestra- da por una señal inconsciente como: la autoridad, presión de grupo y la imagen de uno mismo. Estas señales inconscientes tienen un gran poder porque se aprovechan del miedo infantil, de la supervivencia y el abandono. Los siguientes experimen- tos demuestran cómo el miedo puede anular el pensamiento lógico y, sin conciencia, mover a un individuo a perpetuar conductas y decisiones inhumanas, crueles y objetivamente in-correctas. La señal de autoridad:Los experimentos de Milgram Poco después de comenzar los juicios del criminal de la Segunda Guerra Adolph Eichmann, Stanley Milgram diseñó un experimento para estudiar la defensa de Eichmann de que él dijo que solo estaba siguiendo órdenes. Más allá de los muros de la Universidad de Yale, él contrató un actor, le ordenó ponerse una bata de laboratorio blanca y fingiera que estaba realizando un experimento sobre el aprendizaje. Varios voluntarios vinieron a participar en el experimento con la promesa de $ 4.50 como compensación por solo aparecer. El hombre de la bata blanca de laboratorio les dijo a los participantes voluntarios que su tarea era dar un shock a otro participante al otro lado de una pared cada vez que respondía a una pregunta de forma incorrecta. Sin el conocimiento del participante voluntario que daba el shock, el participante que recibía el shock era un cómplice del experimento un confederante , es decir un “actor”(conocían el verdadero propósito del experimento, sabían qué respuestas dar y fingieron sus reacciones a los shocks administradas). Al principio parecía un trabajo inocente hasta que los voltios aumentaron poco a poco de 15 voltios a 375 voltios y el confederante comenzó a gritar de dolor y a protestar y suplicar al participante que se detuviera. Esto continuaría hasta que el participante voluntario terminó con una descarga de electricidad de 450 voltios y se encontró con silencio a sus preguntas, una indicación de la muerte del confederante. Resultados: Todos los participantes preguntaron a la figura de autoridad (el hombre de la bata de laboratorio) si podían detenerse. Existe evidencia de que muchos intentaron desafiar las órdenes de varias formas creativas. Sin embargo, menos del 40% se detuvo antes de que las des- cargas se volvieran fatales y una meta-análisis del mismo experimento realizado en los EE. UU. y otros países mostró que la mayoría de los participantes (61-66%) continuaron las descargas hasta la muerte. En algunos experimentos llegó al 91%. Los participantes que se negaron a administrar los shocks finales no insistieron en que se terminara el experimento y solo fueron a verificar la salud de la aparente víctima después de solicitar permiso para salir. Puede ver videos del experimento aquí: La señal de presión del grupo: Experimentos de conformidad de Asch “Que los jóvenes inteligentes y bien intencionados estén dispuestos a llamar a los blancos negros es una causa de preocupación”. Salomón Asch Los experimentos de conformidad de Asch o el paradigma de Asch fueron una serie de estudios desarrollados en la década de 1950. Consistía en grupos de ocho estudiantes universita- rios varones donde todos menos uno de los participantes eran actores (o confederantes) en el experimento. Los actores o confederantes conocían el verdadero objetivo del experimento, pero conocieron el tema como otros participantes. Cada estudiante vio una tarjeta con una línea, seguida de otra con tres líneas etiquetadas como A, B y C. Una de estas líneas era la misma que la de la primera tarjeta, y las otras dos líneas eran claramente más largas o más cortas. Luego se pidió a cada participante que dijera en voz alta qué línea coincidía con la longitud de la primera tarjeta. El grupo estaba sentado de tal manera que el participante real siempre respondía en úl- timo lugar. Los sujetos completaron 18 ensayos. Resultados: En el
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